Tuesday

Brecha

¿Desea enviar este elemento a la Papelera de Reciclaje?

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(...) Ya no hay vuelta atrás. Aunque te arrepientas ahora, la decisión ya no solo depende de ti. Tienes que acabar con él. Pero, ¿y si...? No empieces otra vez (...) ¿No podemos dedicarnos un momento de tranquilidad ni siquiera al final?

Un amigo de una amiga se ha acaba de incorporar. No sé él, pero el chico del vídeo, cuando ingresó, no fue capaz de despedirse de una persona muy querida. Dijo que lo sentía. Que los vería a todos dos años más tarde. Multiplica eso por los cientos que se incorporaban sólo aquel día, sólo en aquel reemplazo.

El archivo Escritor ´Frustrado´no se encuentra...

Multiplica el número de reemplazos, de cuarteles, por las millas que tiene la Brecha. Es curioso; ha llegado el momento de cargármelo, y todavía no estoy seguro de cómo lo llamaría. ¿“Escritor frustrado”? No queda mal, pero, ¿y si quitáramos lo de “escritor”? Vale, ¿qué tal esto? “Frustrado...” Parece que falta algo. Si ponemos sólo “Frustrado”, no se entiende bien... Nunca dejará de llamarme la atención la tenacidad de los neones. Cuántas noches nos habrán visto pasar por esta misma acera, y siguen tan empeñados como el primer día en hacernos creer que todos nuestros pesares se pueden arreglar a base de dinero. Pero diría más; siguen osando abordarnos, y aún con renovado vigor, con aquel cuento de que el que te atiende detrás de ellos está encantado de recibirnos y prestarnos el correspondiente servicio. Mientras todas esas luciérnagas mutantes gritan a la desesperada su terco mensaje, yo intento darme a una ingenuidad que me permite dejarme llevar por el reclamo luminoso. El frío de sus mensajes es lo único que puede librarme, ahora, de este agobiante abrigo de ideas que me envuelve. Los maquillajes de neón son una grotesca sonrisa de pintalabios sobre mazacotes de hormigón. ¿De qué se reirán? De eso saben mucho los que, como el escritor frustrado, tienen muy cuidada y reluciente su fachada cibernética.

Y, si uno de esos bloques perdiera su vestido, ¿sería muy distinto de los del otro lado de la Brecha? Oí, al menos una vez, que al menos una de las caras de la Brecha presenta una superficie pulida y reluciente. Que, no obstante, el buen observador encontrará en ellas estrías, resultantes de complejas tensiones, difíciles de modelar con tubos de neón. Nos acercamos al lugar del sacrificio.

¿Estás seguro?

Sí, lo estoy. De camino se me desató un cordón del zapato y, para colmo, al intentar sacar de la máquina un té resultó que no llevaba monedas en el bolsillo. Si faltaba alguna prueba de que el sacrificio es procedente...voilà. El té era un camino a la creación. Era. Ahora es un sucedáneo de ella. Tu argumento es lógico (...) Te veo muy convencido (...) Que así sea. Aquí y allá, la torre emite pequeños guiños de luces con brillos pastel. Parece un gigantesco robot que bosteza. Mucho más frío que los neones, revela un universo interior gélido, poblado por chips y autómatas. Qué tortuosos caminos no habría de recorrer la pasión, la amistad o cualquier miembro de la familia, para abrirse paso a través de tantos circuitos y resistencias...

No hay duda; éste es el lugar.

Escritor frustrado, ¿tenéis alguna observación que hacer antes de vuestro reciclaje? Seguro que desde esta torre, blindada y descomunal, se alcanza a divisar la Brecha. Sí, tengo una. No estoy de acuerdo con mi nombre. Lo mira, perplejo. ´¿Tendrá importancia eso, ahora?´ Me gustaría acabar cuanto antes y, por otra parte, tengo que pensar algo...

El escritor frustado parece dudar. Está abstraído en algún razonamiento.

El nombre de “escritor frustrado” queda bien, pero no se ajusta a la realidad. ¿Qué tal si quitamos lo de “escritor”? En la historia, que tengo a medias en este archivo, un escritor frustrado se dispone a eliminar el archivo donde guarda una historia que tiene a medias. Esta historia trata de un escritor frustado que decide eliminar el archivo de una historia que tiene incompleta, y el protagonista de esta historia soy yo. Pero “frustrado...”; parece que falta algo, ¿no? En la historia, encontramos continuas referencias a un lugar conocido como la Brecha, una escarpada fisura de la corteza que no permite el paso ni la comunicación entre un lado y el otro. A un lado de la Brecha se encuentra Ciudad Neón, donde nuestro escritor frustrado desarrolla su inactividad. Del otro lado, nadie sabe lo que hay. Sólo se sabe que hay gente. Si la gente del otro lado es como la de éste, probablemente beberán, reirán, llorarán, leerán, etc. Y también buscarán, si es que se parecen. La gente de este lado busca.

Que vayan entrando. Veremos caso por caso... Señora: Por más que busco a mi media naranja, no hay forma de que aparezca. La canción indicaba perfectamente las señas donde tenía que buscar, pero al menos uno de los sitios está fuera de mi alcance. ¿Estará el camino en obras? Joven: Hay una brecha... Anciano: Mi hermana, ¿cómo será ahora? Ha pasado tanto tiempo... No sé dónde buscarla. Estará en otro universo. Joven: O al otro lado de la Brecha. Señor: Al otro lado de la Brecha, ¿es también este mundo? Lo siento, a veces me despisto. Adolescente: No me resulta fácil encajar con la gente. Busco a alguien que tampoco encaje en su mundo, en su ciudad. Probablemente esa persona encajaría conmigo. Muchas personas parecían no encajar en su entorno, pero al final sí encajaban. Ya he buscado mucho; quizá no exista... Joven: Tal vez esté al otro lado de la Brecha. Señora: Las brechas son inexcusables.

Adolescente, joven (al unísono): Al otro lado de la Brecha, es como si no hubiera nada.

Anciano: Recuerdo antes de la brecha... (su micrófono baja, su rostro se pixela...) Adolescente: Y, ¿si no hubiera brecha? (su micrófono baja, su rostro se pixela...) Varias voces (al unísono): Las brechas son inexcusables. Nadie puede saltar las brechas.

Por qué me vendrá a la memoria el casting, precisamente ahora... Todos los personajes buscaban. A todos les faltaba algo... ¿También a ti te falta algo? Sí, y también al personaje de mi historia. Para completar la suya, le falta algo que complete la que su personaje escribe. Sólo entonces podrá su personaje completar la historia de alguien que lo anda buscando. - Gracias por el té. Antes no pude sacarme uno. De camino, pensaba en formas de que este final fuese estético. Intentó lo del té. También se imaginó, fugazmente, que en aquel último día llegaba a su historia un momento creativo, por ejemplo su imagen acariciando a un gato o a una rata, con tanta cotidianeidad que pareciera estar a punto de intercambiar unas palabras con ellos. Esto se le ocurrió al cruzarse con un gato que maullaba en medio de la acera, sorteado por peatones desorientados y notoriamente encendidos. Curioso...El escritor frustrado no pierde, ni al final del todo, su afán de que las cosas encajen. Es como en su obra. O como si uno de los charcos, en vez de limitarse a enseñar reflejos trémulos de los neones, se atreviera de repente a absorberlo a él y su cuaderno, tras lo cual dejase de temblar en su seno la imagen de los neones como si no hubiese pasado nada, como si nunca hubiese estado allí. Su personaje y su creador deberían estar contentos. Aunque al final no haya historia, al menos oye, ahí queda el detalle...

Eliminar... No parece fácil. La terraza está acristalada. Se ve toda la ciudad. Si te mueves, los neones son un caleidoscopio. Antes me acordaba siempre de mirar unos segundos el bosque de neón con los ojos entreabiertos. Me parecía viajar a otra época, trasladarme a otro mundo. Esta vez me he vuelto a acordar. Cuánto tiempo habré estado sin hacerlo... Ya no hay vuelta atrás. Eliminar... ¿Está seguro? Sí, no seamos pesados. Cáspita, lo de los neones y el charco no habría estado nada mal.... El archivo está protegido. ¿Desea abrir una versión de sólo lectura? ¿Es eso lo que quieres? Tú sabes de sobra lo que quiero. Quiero escribir. Si no escribes, te faltan piezas. Pero no puedes escribir; algo te lo impide.

No puedo no escribir.

Es como una brecha...¿Cómo podría desprotegerlo? Sé que, si no lo elimino yo a él, me borrará él a mí. Para poder escribir en él, modificarlo, tendría que... Vale, dejemos de dar vueltas. A la Papelera de Reciclaje no podemos enviarlo. Hay que eliminarlo del todo. Y, a pesar de saberlo, algo en mí se resiste a firmar ese guión. Pero me cuesta...Llevo tanto tiempo con él...

Fuera de él, todo es incertidumbre.

Inestabilidad.

Pero, ¿estás seguro de que quieres eso? No sé si debería. Lo de menos es si lo sabes. Da el salto, atrévete.

Te sentirás mejor. Será un alivio.

Empezarás de cero. Rompe la hoja. Elimina el archivo. Mándalo todo a reciclar. Espera; ¿también a mi personaje? Sí, precisamente a él. Espera, ¿también a mi creador? Sí, precisamente; ambos te lo agradecerán. Queridos seres; pronto cumpliré mi tiempo. Cuando recibáis esta carta, estaré a punto de salir. Eliminaré todo; a mi personaje, a mi creador. En un momento, se mezclará todo en un torbellino.

Recuerdo aquella despedida...

Aprieta ese botón, anda. Dí que sí. Cuanto antes lo hagas, antes descansarás.

Os extraño. Y no poco. El descanso... Pero, antes, un remolino. Los de un lado, los del otro, las torres, la brecha. Los personajes, los creadores. Tú, que eres yo; yo o, lo que es lo mismo, tú. Todo a centrifugar. Aquí no va a quedar nadie.

Sí.

No.

El escritor frustrado frente al abismo.

No está mal para una historia. Casi parece más comienzo que final...

¿Qué hace ese tío tan cerca de la Brecha?

¿A dónde cree que va?

Se despide de vosotros, con mucho cariño... Espera, ¿dónde se ha metido?

Estaba ahí hace un momento, junto a la Brecha...

Espera, antes de confirmar, una última pregunta... ¿Me oyes?

¿Dónde te has metido...?

La superficie del charco ha dejado de temblar.

Qué extraño; he pulsado el botón pero sigo aquí... Postdata: Hoy me ha pasado algo muy curioso. Ya os contaré. ¿Dónde se ha metido la Brecha? Hace un momento estaba ahí mismo, junto al tipo...

Woodstock69

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