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Asomado a la costa, que era fría

Asomado a la costa, que era fría Bild*** Van y vienen ondas, sueños de sal y anémona rompen los finisterres escarpados de la frustración, parece que perecen contra sordos acantilados. Mas es su erosión, paciente alfarero, la que moldea este paisaje, torna el bloque rígido y opaco en esculturas gráciles como aves zancudas, labra en el macizo instrumentos musicales que tañirá la boca experta del viento para deleite de gaviotas y de los viejos, y nuevos, amigos del angosto paseo marítimo. Ya no ve, el paseante, la muerte con rostro de mar, ya intuye espejos, infiere corales en sus aguas, suben mareas de vida y musirenas atracan en calas de media luna para susurrarle tesoros invisibles, para bosquejar en su cuaderno rocoso farallones de esperanza. Woodstock 30 de enero de 2011

1 comment:

Anonymous said...

Es un poema, tan nostálgico y lleno de esperanza... es abierto y fecundo...