Sunday

barcos 배

Hace 9 meses, y tras hundirse mi barco, sacudido por recias tempestades, me encontre' explorando una fosa. Al verme pasar demasiado tiempo en aquellos fondos abisales, mis allegados me preguntaban si no quer'ia salir al menos a tomar aire. Yo quer'ia encontrar una salida hacia un lugar que tuviera ox'igeno del que yo respiro. No quer'ia hacer el esfuerzo de salir hasta la superficie, con la descompresi'on que eso supone, para volver a las mismas aguas agitadas y an'oxicas que conoci' antes de meterme en la fosa.

Al fin encontre' una salida hacia aguas m'as oxigenadas. En lo m'as profundo y negro del abismo, donde ya no llegaba ni un despistado fot'on de la superficie, halle' una sen~al que me invitaba a seguir adelante. La segui' y fui a salir a una costa id'ilica, a un para'iso lleno de luz cuya existencia antes ni sospechaba. Era la playa del Necesitarismo Consciente Conectado. Estos parajes, para mi sorpresa, no s'olo conten'ian ox'igeno del que yo buscaba sino que tambi'en pod'ian suponer la salvaci'on para muchos otros nav'ios que padec'ian, a veces sin saberlo, en aquellas aguas donde viv'ia antes y a las que ya nunca podr'ia volver a navegar mucho tiempo. Era un lugar que me retrotra'ia a los remotos y ya olvidados tiempos en que era apenas una piragua. Chapoteando en sus aguas turquesa, comprendi' que llevaba muchos an~os surcando mares turbios y contaminados que no eran los m'ios, siguiendo rumbos que me hab'ian marcado las cartas compuestas por otros, dibujadas a lo largo de generaciones por marinos sin firma que, inconscientemente, fijaban rutas cada vez m'as alejadas de las aguas primigenias, cada vez m'as complejas y peligrosas: cada vez m'as culturalmente elaboradas y desconectadas de nuestra esencia de seres compuestos de agua y dotados de esa habilidad natatoria, que poco a poco se fue atrofiando y siendo sustitu'ida por motores de petr'oleo, por artefactos de navegaci'on por sat'elite.
Pero casi todos las segu'iamos y no nos d'abamos cuenta de los peligros que entran~aban.

Aquel lugar, nuevo y remoto, supon'ia la liberaci'on no s'olo para mi precaria c'ascara de nuez sino tambi'en para los barcos de mucha gente. Como Juan Salvador Gaviota, probe' los vientos de la libertad. Note' que me costaba acostumbrarme a esas aguas; era como el habitante de la gran ciudad que vuelve a su aldea natal muchos an~os despu'es y lo encuentra todo nuevo. Ser'ia el proceso de adaptaci'on m'as feliz que uno pueda imaginarse.

Pero antes quise volver por un tiempo a las agitadas aguas donde hab'ia pasado todos estos an~os. Me sab'ia depositario de una misi'on: la de mostrar a mis compan~eros el nuevo lugar que hab'ia descubierto. Estaba seguro de que muchos de ellos, si no todos, se sentir'ian atra'idos por la paz del para'iso que se abr'ia m'as alla' de todas las tormentas.

No resulto' f'acil. La primera dificultad fue que mis compan~eros no estaban dispuestos a cruzar la zona oscura. Prefer'ian lo malo conocido.

La segunda gran dificultad fue que mi d'ebil embarcaci'on no era capaz de ir y venir como si nada. Precisaba constantes reparaciones. No es f'acil para un barco tan pequen~o y antiguo recorrer las sofisticadas aguas de la modernidad y lo culturalmente complejo, ponerse en contacto con los marinos que por ellas navegan, y mostrarles que hay otro mundo dentro de 'este.
Mis m'astiles y las cuadernas de mi casco se empiezan a resentir...

KLT

No comments: