Examinando las gruesas paredes de su jaula, Lotario Comino reparó, una tarde, en que gran parte de los materiales con que estaban hechos los barrotes eran páginas de diccionario apelmazadas, barnizadas con sustancias adherentes para preservar su consistencia.
Decidió, entonces, hacer una pausa en la laboriosa tarea de practicar agujeros en los muros sólidos de su refugio y dedicar aquella tarde de verano a deshacer esos barrotes, que daban una cierta sensación de fragilidad dada la textura porosa del cemento que aglutinaba los distintos minerales constituyentes.
El análisis cuidadoso de los elementos constituyentes de aquellas moléculas que formaban el mineral llamado Diccionarita arrojó los siguientes resultados:
* Uno de los constituyentes principales era el conocido como
eticomoralita. El análisis por microscopio de difracción RAE reveló que la constitución atómica de este componente era la siguiente:
4.
f. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones
del hombre.
f.
Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.
"Hmmm.... - se dijo Lotario-, Si
nos sintiéramos conectados con nuestros semejantes y con todos los seres conscientes, ¿para qué necesitamos complejos
códigos que nos digan lo que se puede o no se puede hacer (y cuya
unificación es imposible dado que hay tantos códigos como personas
en el mundo)?
No bien hubo pasado por su mente esta reflexión, sobrevolando la jaula como un ave **, se descompuso el componente eticomoralita. Los barrotes adquirieron automáticamente una textura aún más frágil.
* Siguió con la exploración, encontrando al poco tiempo unos cristales de aspecto interesante, y que dio en llamar derechodeberita.
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